Retomando la teoría de Basil Bernstein podría
afirmarse que la Zootecnia
opera como una “región de conocimiento” es decir, como una interfase entre
diversas disciplinas que constituyen su fundamento y la tecnología que ellas
hacen posible[1]. En este sentido, la Zootecnia puede ser
definida como un cuerpo especializado de conocimientos y de prácticas sociales,
culturales y tecnológicas vinculadas con la producción adecuada y eficiente de
animales y de productos derivados de ellos, en el marco de una intención de
beneficio económico y social.
La dimensión profesional de la Zootecnia se pone de presente a través de la gestión
de los sistemas de producción pecuaria. Puede afirmarse por lo tanto, que la
gestión constituye la forma inherente de acción de la Zootecnia en tanto es
interpelada por el mundo de la vida; esta condición de la profesión de
zootecnista obliga a quienes asumen la responsabilidad social de su formación,
a dirigir la mirada hacia las condiciones del medio de las cuales han de
cumplirse sus prácticas profesionales y a intentar hacerla coherente con la
interpretación de esa dinámica.
Por tanto, la Zootecnia se interesa en aquellos animales domésticos o
domesticables que se encuentran sanos, en tanto constituyen formas de vida aprovechables
para fines productivos, rentables y útiles a la sociedad humana. Esta precisión
abre el espacio al segundo componente del vocablo Zootecnia, a saber la
técnica, en la cual se afianza lo distintivo de su aproximación al saber y su
práctica social.
[1] Díaz
Villa, Mario. La
Formación Académica y la Práctica Pedagógica.
Icfes, Subdirección General Técnica y de Fomento. Bogotá, 1998. P. 41
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